Es tucumano y en Orán todos los conocen como “El Cabudo” García, pocos saben que se llama José Luis. El tatuaje que tiene en su rostro lo transforman en una persona inconfundible. Tiene fama de duro y hace un par de años la revista “Más” de esa localidad que ya se no se edita más, lo mostró posando con diferentes tipos de ametralladoras y armas largas.
Su nombre cobró fama en 2013. En mayo de ese año lo acusaron de ser el responsable de la revuelta en la que fueron salvajemente agredidos gendarmes, policías federales y personal de la Aduana y de la AFIP que pretendieron hacer una inspección en los playones municipales de esa localidad. En esos incidentes, los “bagayeros” tomaron de rehenes a tres uniformados y sólo los dejaron en libertad luego de que le devolvieron la mercadería que le habían secuestrado. También se lo recuerda porque su grupo intentó rescatarlo cuando había sido detenido en un control y es famoso por organizar caravanas de vehículos que trasladan mercadería ilegal.
En 2013, el juez federal de Salta Julio Bavio, decidió procesarlo porque, según consideró, sería el líder de una asociación ilícita que se dedicaba a la comercialización de los tours de compra y el tráfico de estupefacientes en el norte salteño. El magistrado, en su resolución, también involucró a otros dos tucumanos Rubén Francisco ”Rata” Díaz y Víctor José “Máquina” Guerrero.
“La actividad de la banda consistía en asegurar traslado y seguridad a las personas que adquirían ropa y droga en Bolivia para comercializarla en diferentes lugares del país. El ingreso de los productos se hacía por la localidad fronteriza de Aguas Blancas a través de pasos no habilitados, la que era y es acopiada en un playón que la Municipalidad de Orán por una suma ínfima”, se puede leer en el expediente.
Eso no es todo. La Justicia Federal de Salta entendió también que “organizaban la caravana de colectivos y utilitarios y, para evitar que los vehículos fueran revisados por las fuerzas de seguridad en el trayecto a Tucumán, se valían del uso de la fuerza, dinero u otras dádivas”.
Más datos
Según el dictamen de Bavio, “El Cabudo”, una vez que trasladaba la mercadería hasta nuestra provincia, operaba en la zona conocida como La Esquina Norte y en la ex Terminal de Ómnibus, donde actualmente están instalados los vendedores ambulantes que, justamente, comercializan la mercadería que sería ingresada de manera ilegal de Bolivia.
Su nombre también fue mencionado recientemente en las audiencias del Clan Ale. Un efectivo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que se encargó de analizar las escuchas telefónicas, declaró en el juicio que García llamó a Florencia Cuño, pareja de Rubén “La Chancha” Ale para que le facilitara dinero. Esa comunicación la realizó estando detenido. Ese fue uno de los motivos por lo que se cree que, a pesar de estar privado de su libertad, nunca dejó de operar. Actualmente se encuentra en libertad.